La leyenda de esta calle impresiona al saber cómo los vecinos de aquel entonces comentaban el ruido de algo que se arrastraba y llevaba un cascabel, pero nadie se asomaba. En 1608 el alcalde se dedicó a vigilar la calle y fue así como descubrió a una serpiente de cascabel gigante que se arrastraba.
El mandatario realizó un conjuro con sus figuras mágicas en el aire y el animal, inmediatamente tomó forma de mujer. Aunque pidió perdón, fue condenada en 1614 a doscientos azotes y al destierro definitivo por herejía.